Las vacunas pueden contener proteínas que son capaces de inducir una reacción alérgica. Los síntomas son idénticos a cualquier otro tipo de reacción alérgica: picazón, urticaria, dificultad para respirar, tos, presión arterial baja y desmayos. Es importante ser evaluado por un alergólogo para confirmar una alergia a una vacuna porque puede afectar futuras vacunas.

Algunas vacunas se fabrican con embriones de huevo y, como resultado, han provocado que las personas alérgicas al huevo eviten la vacuna contra la gripe. La cantidad de proteína de huevo en la vacuna contra la gripe es mínima y es poco probable que cause una reacción. Sin embargo, para las personas con alergia grave al huevo, se puede administrar en dosis múltiples durante un período de tiempo más largo para disminuir el riesgo de una reacción grave.