Una alergia alimentaria puede causar síntomas como picazón, hinchazón de la lengua, urticaria, dificultad para respirar y presión arterial baja. En casos graves, puede ocurrir anafilaxia potencialmente mortal. Las alergias surgen cuando el sistema inmunológico de su cuerpo responde a una proteína en un alimento, iniciando una cascada de respuestas inflamatorias. Los agentes ofensivos comunes incluyen la leche de vaca, los huevos, los cacahuetes, las nueces, los mariscos, el pescado, la soja y el trigo. Si alguien tiene una verdadera alergia a un alimento, es de suma importancia que se diagnostique adecuadamente y se trate si está indicado.

El diagnóstico generalmente se basa en un historial médico completo, un diario de alimentos, una prueba de punción cutánea, análisis de sangre y, si está indicado, un desafío alimentario oral. Una vez que se establece el diagnóstico, se puede iniciar la desensibilización si corresponde. Hay múltiples factores que deben evaluarse al decidir si está indicada o no la desensibilización. Muchos protocolos están todavía bajo investigación. Como en toda práctica, se evalúa la relación riesgo-beneficio. La evitación frente a la desensibilización se decide caso por caso. En todos los casos, es importante desarrollar un plan de acción en caso de que ocurra una exposición. Un plan de acción efectivo puede incluir llevar epinefrina y usar equipo MedicAlert.